Me encanta la semana de Alta Costura, es el epítome de la moda. Las largas horas de trabajo en cada pieza que las convierten en magistrales obras de arte, debe ser por ello que existen tan pocos couturiers. Algunas veces estas son lucibles, otras veces no tanto, pero siempre son un placer visual que explicar escapa de unas cuantas palabras. Por eso esta última Haute Couture ha quedado una pregunta en mi cabeza, ¿qué está sucediendo con Chanel? ¿Es que acaso Karl Lagerfeld está cayendo en lo chabacano?.
La maison francesa es una de las marcas más prestigiosas del mundo, su nombre es sinónimo de moda, clase, elegancia y status, es por ello que ver sus últimas propuestas me hace sentir como si estuviera observando una película de terror. Pareciera como si Karl Lagerfeld hubiera despertado un día y se hubiese dicho, ¿qué es lo más hortera que puedo hacer? Y bam, salió la nueva colección de Chanel.
La magia de la marca se ha perdido por completo para mi y esta última propuesta me puso la piel de gallino de sólo verla. Sentía que estaba observando una explosión entre The Wicked Witch of the West y La Maldita Primavera. Leía artículos en los que mencionaban palabras como etéreo, futurístico, mágico, o estaba viendo otra colección o me lo perdí por completo. Creo que estuve más concentrada en encontrarle la razón a los sombreros que eran una mezcla entre bruja y nido de pájaros, o los zapatos, que no sabría ni como describirlos.
Yo sé que Karl es una eminencia en la moda, y que la publicidad que atrae seguramente le basta a Chanel para mantenerlo entre sus filas, pero creo yo que es hora de una renovación en la maison francesa, y si no, por favor que alguien le diga al kaiser que se tome unas vacaciones, es tiempo de nuevas inspiraciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario